Qué necesitas tiempo para extrañarme
y que entonces súbitamente
como el primer trueno en una noche de tormenta
sabrás que me amas
sentirás que me necesitas
y volverás.
No pude evitar sonreír,
hay quien aun cree en los cuentos de hadas,
mujeres que esperan un príncipe azul,
princesas que besan sapos y despiertan asustadas.
Es el amor el juego más disparejo,
gana el que sabe perder.
Ni el tiempo, ni la distancia;
podría despertar como a quien duerme por años,
el amor que mis manos no supieron cultivar,
ni la necesidad que día a día no pude inventar.
Dale tiempo a que te extrañe, dicen algunos.
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