El niño de los ojos tristes.

En una ciudad enorme donde las personas no tienen tiempo para mirar, vive el niño de los ojos tristes; que rodeado de frívolas personas se ha
cansado de buscar.
Sin embargo, todas las noches mira al cielo esperando encontrar una señal que le muestre hacia donde va.
Una mañana sin especial, él se encontró a una niña de triste mirar, no se miraron; no es costumbre mirar.
En una noche de luna el niño miró en el cielo algo especial, una estrella parpadeante no se cansaba de deletrear el nombre de la niña que el no

supo mirar.
Mientras tanto la niña con la creencia errónea de que lo que había de encontrar serían unos ojos con un brillo especial, que deslumbraran de una su triste mirar. Pero el destino ya había planeado un encuentro más. La niña miraba al niño con cierto afán como si algo le dijera que ahí debía buscar, el niño inquieto y temeroso no sabía como actuar.
Por un segundo sus miradas se cruzaron y se hizo un silencio de paz, entonces, se pudo escuchar el corazón del niño que no se cansaba de gritar el nombre que la estrella había de deletrear.
La niña en cambio puedo encontrar una luz creciente en los tristes ojos del niño especial.
El tiempo se detuvo y no hay marcha atrás el corazón del niño sabe que ella es la niña que debía encontrar y la niña que no existe luz igual.