23 de febrero de 2007

Fuíste

Fuíste en mí vida un destello de luz,
un cometa que tal vez no pase mas;
llegaste de improvisto,
iluminando cada rincón de esta fotografía.

Te fuiste sin avisar,
lento, sigiloso,
tan imperceptible que no dolió,
en mi mente el recuerdo de un día soleado,
un día de primavera.

En un pañuelo de amor guardo;
cada sonrisa compartida,
cada olor recordando tu sabor
cada imagen de los días felices.

Días felices que no volverán,
que te llevaste en la despedida no pronunciada,
en el adiós sentado en la mirada,
en el frío beso ausente al marcharte.

19 de febrero de 2007

Frío

Tengo frío;
de ese frío que traspasa el músculo llegando a la arteria,
que se esparce por todo el cuerpo y titiritean los huesos.
De ese frío parecido a la muerte.
De ese frío que entra por cada poro y se queda dentro.
De ese frío que ni el sol quita.
De ese frío que quitarías tú, si quisieras.
De ese frío que me diste en lugar de un beso.
De ese frío que brotaba de tu mirada.
De ese frío que congelaba en tu rostro los sentimientos.
De ese frío que recorrió mi cuerpo al escucharte.
De ese frío que dejaste al marcharte.

18 de febrero de 2007

La muerte

La muerte, eterna acompañante, amiga incondicional. Me ha acompañado desde el nacimiento, decidió, que no podía jugar a la vez con mi hermano y conmigo, no le dio oportunidad y le dijo adiós.

Sin saberlo me arrebato muchas oportunidades, juegos y sonrisas, que jamás compartí, avanzamos juntas, invisible a mis ojos, se cansó, a mis cinco años llamó a mi abuela, en ese entonces no era más que saber que no volvería a verla. Ignore a la muerte por mucho tiempo a mis quince me dio una bofetada quitándome a mi tío, causándome –hasta hoy- el dolor más grande, entendí entonces que era la muerte.

Ahora, visita a mis amigos y familiares para enseñarles-lo que yo ya aprendí- me avisa en sueños de sus visitas, aún me da miedo, no por mí sino el sufrimiento que ellos tendrán y no entenderán, mientras ella avanza entre ellos.

La muerte –para el cadáver- es cerrar los ojos sabiendo que no volverás a abrirlos, es la alegría de calmar el dolor, dolor que había atormentado su cuerpo débil y cansado, hasta hacerlos gritar su nombre –ella disfruta escucharlos, llamarla- tal vez el sufrimiento cuando se van dejando corazones solos y pensar que estos no podrán seguir.

La muerte –para los vivos- es saber que encerraron en una caja el cuerpo que ocupo un corazón que amaron, el miedo a pensarlos solos ahí abajo, metros debajo de nuestros pies. Saber que muy probablemente no escucharan sus voz nunca más, que no tendrán su abrazo de apoyo, que no sentirán la caricia de sus manos, que no olerán su aroma, sentir que les han robado parte de su alma, reclamar, cuestionar; ¿porqué? ¿porqué a mí? ¿porqué él o ella?, sentirse castigados, tal vez y solo tal vez, los vivos –los que nos quedamos- tendremos la peor parte –por egoístas- ese es nuestro castigo por pensar sólo en nuestro dolor y no en el que ellos –los muertos- dejaron de sufrir, además de cargar con la culpa; el tiempo que no estuvimos, las palabras que no escuchamos peor aún las que no dijimos, las cosas que no hicimos por algo, que en su momento nos pareció más importante.

La muerte no es mala, es una niña que cumple con su trabajo, a ella sólo le entregan la lista, te llama, no decide, sólo te toca. La muerte es natural hay que aprender a vivir con ella, entenderla y agradecer lo que nos da, sino muriéramos, viviríamos sin valorar la vida, pensando que tenemos la eternidad para decir te quiero, la muerte esta aquí para demostrarnos que no, no tenemos toda la vida, debemos decirlos cada día para no arrepentirnos frente un ataúd.

Además la muerte nos ofrece una aventura, nadie sabe lo que hay después, si es que hay algo, al cerrar los ojos nos espera una sorpresa, tal vez buena o mala, pero una incertidumbre, y ahí, no tendremos la oportunidad de modificar el destino, mientras que en vida, nosotros podemos hacerla un paraíso o un infierno.

He aprendido eso, por eso estoy decidida a vivir mi vida al lado de la muerte para no olvidar que puede ser el último día, tal vez una noche cierre los ojos para no abrirlos más o tal vez ellos –los que amo- no despierten más, por eso antes de cada noche debo decir te quiero o demostrarlo, por si mañana no despiertan, no tener la culpa. Ahora, camino cada día con la muerte como compañera.

15 de febrero de 2007

Afrodita en la isla de los mochos

La isla de los mochos, terrible lugar donde nadie dice lo que piensa en público -pecado mortal de hacerlo-, es llamada así, no porque ha sus pobladores les faltara alguna extremidad o parte de su cuerpo-eso sería relativamente fácil de solucionar- en la isla de los mochos, su corazón no esta completo, no se desarrollo a los tres meses de gestación, no se pudo madurar, viven, si es posible vivir con medio corazón.

Durante toda su historia -hasta antes del nacimiento de Afrodita- nadie decía lo que pensaba en público y mucho menos expresar sus sentimientos, por azares del destino o decisión de los dioses, Afrodita nació en esta isla, de dulzura en la mirada, de tierna voz, amante del amor, creció a disgusto con la cultura de la isla, y sin importar cuanto llanto le causara en su infancia expresar sus sentimientos, lo hizo sin dudar. Pero Afrodita creció y se convirtió en una mujer, vivía enamorada de la vida, esperando al hombre que despertara en ella la pasión.
El joven que esperaba llego, irremediablemente mocho, cual difícil es amar ha alguien así, cual doloroso es amar ha alguien así, pero no pudo evitarlo, no pudo negarlo, cada poro de su piel emanaba amor para él, Afrodita no fue correspondida, y busco en los brazos de otro hombre calmar su dolor.
Con aquel hombre -obviamente mocho- llego a conocer parte del paraíso, tal vez alcanzo a ver el cielo, descubrió nuevas maneras de expresar el amor, y le hizo el amor a ciegas, a oscuras, con pasión, sin amor, le hizo el amor. Aquel hombre murió con su corazón mocho y una sonrisa en el rostro.
El joven amor de Afrodita regreso a ella, supo de sus amores con aquel cadáver, sin dudar pensó que ella lo había olvidado, pues como podía a verse entregado a otro sin amor, eso en la isla de los mochos es más que pecado mortal, Afrodita intento explicarle al joven, que ella lo amaba, que moriría amándolo y que hacer el amor sin amor, es sólo pasión, él no la entendió y se marcho de su lado desilusionado.
Afrodita, triste y desolada, no entendía como se podía vivir así, cargando en su conciencia el desencanto de su amor, decidida a terminar con esto elaboro un plan. A las 12 del día en el centro de la isla, reuniría a todos y los haría entender que es el amor. La hora llego, Afrodita sale de su casa y se encamina a su crucifixión.
Su discurso comienza así: Hoy vengo a decirles la diferencia entre el amor y la pasión -todos la miraban desconcertados, murmurando unos a otros ¡esta loca!- Primero, el amor es más que una boda, es más que un compromiso, es más que hacer el amor, el amor, es vivir al verse en la mirada del ser amado, el amor, es soñar cada día y cada noche con estar a su lado. El amor, no se limita a la unión de los cuerpos, la unión de los cuerpos es sólo un complemento del amor, hacer el amor con el amor, es la unión de los latidos, de la respiración, es poder ver la estrellas de día, es poder ver el sol de noche guardado en su mirada. Hacer el amor con pasión-sin amor- es limitarse a jugar con los cuerpos, descubrir secretos, descargar en otra persona el exceso de amor, es compartir la soledad y sentirse pleno por un momento, hacer el amor sólo con pasión es normal cuando no se ha encontrado el amor, pero no esta mal, se vive haciendo el amor, deben aprender a hacerlo cada día, cada noche, sin juzgar, sólo por vivir, porque cuando encuentren el amor siempre será la primera vez.
Al terminar de hablar un enorme silencio, entre la multitud, el amor de Afrodita la veía fijamente-como asustado-, de pronto Afrodita en el suelo, fue golpeada por una piedra, que su multitud insatisfecha le lanzaba, al pasar de los segundos, Afrodita sujetada a una cruz, y a la distancia una multitud planeando que castigo se merecía tal infamia, de pronto, el fuego, sus pies, el fuego, su ropa, el fuego, su mirada, el fuego, el amor.
En los ojos de él, el fuego, su amada se calcinaba y no podía hacer nada, cada palabra había tocado su mocho corazón, cada palabra había iluminado su razón, descubrió que la había amado y que el fuego que consumía su cuerpo no lo extinguiría, se sentía idiota por no haber detenido la multitud, pero feliz de haber entendido cada palabra, cada sentimiento y haber completado su corazón.

12 de febrero de 2007

Ladrones de luz

Los ladrones de luz no son más que personas que se contagiaron de una terrible enfermedad, amor, enfermedad crónica degenerativa, ellos presentaron los clásicos síntomas del enamoramiento, modificados claro, ha tal grado de sufrir una terrible transformación, sin más preámbulo narremos esta historia, dado que he tenido la "fortuna" de conocer a uno de estos raros espécimenes y con alta probabilidad de convertirme en uno de ellos.
Este peculiar ladrón de luz, me comentó de su transformación, hay que poner atención en los síntomas para si es posible prevenirlos, el amor aparece de pronto como las enfermedades de este tipo avanza sigilosamente expandiéndose por todo el cuerpo y llegando más allá de los huesos, traspasando el espíritu carcomiendo el alma, el enfermo siente la necesidad de ver a su ser amado a cada momento, el oxigeno ya no le es suficiente, necesita respirar de su aliento, el jamás se da cuenta de la muerte tan lenta que le proporciona al enamorado pues es casi imperceptible a los ojos humanos.
El punto máximo de esta enfermedad se presenta cuando después de esperar pacientemente que el amor floresca en la otra persona, se da por vencido, entiende que no hay cura, que el amor ha tocado cada célula de su cuerpo y muy probablemente modificado su ADN, entonces entiende que jamás podrá amar igual a nadie más; lo que sucede en ese momento es la aceptación que la vida debe seguir entonces nace el ladrón de luz.
El ladrón de luz tiene la siguiente teoría: dado que no puedo amar a nadie más con tal intensidad porque esta enfermedad no se puede curar, buscare enamorarme cada día, cada noche, de cada sonrisa, de cada palabra de amor, estaré con las personas que me ofrezcan su amor, las amare mientras la vela de la ilusión permanezca encendida, robando su luz, y al final sólo diré adiós.
Al principio la idea no parece tan mala, tal vez la suma de muchos momentos felices hagan un todo, pero he entendido que el ladrón de luz se convierte en una persona triste y que cada vez que se apaga una vela, el sufre también, dado que el causante se su enfermedad le demostró que no existían limites en el amor, y con cada vela conoce los de los "amores pasajeros", eso a mi parecer es lo más grave de esta enfermedad, darse cuenta que no hay limites para después conocerlos.

11 de febrero de 2007

Secreto

He descubierto que te ame, que te amo;
me enamore en secreto, de tu voz,
de tu sonrisa, del brillo en tus ojos.

Con cada conversación te conocía para conocerme,
avanzamos juntos por un camino de ilusiones.

Como niños jugábamos cada mañana,
como filósofos creábamos cada noche,
entre risas e ilusiones construimos castillos,
con tu idealismo y mi pragmatismo.

Me asuste lo admito,
¿cómo podía cambiarte por mi niño?
huí,
como fugitiva me aleje de tu luz.

En un sueño mi alma
me ha gritado que te ama,
sólo puedo aceptarlo con la cabeza cabizbaja,
pues te haz vuelto imposible.

Hoy quisiera estar lejos de ti

Hoy quisiera estar lejos de ti.
Que la distancia fuera tanta
que no pudiera correr a tus brazos.
Conocer gente nueva, tan interesante,
que no pudiera recordar tu cara.
Quisiera que el tiempo transcurriera,
y no tenerte, y no ser tuya,
para extrañarte
y abundar en tus pensamientos.
Quisiera no darte mi sonrisa cada día,
para que la busques cada noche.
Quisiera que te dieras cuenta que me necesitas.
Para entonces vivir en tus brazos,
y sonreir cada día y cada noche por estar a tu lado.

6 de febrero de 2007

Razones

¿Qué porque te amo?
No es tu mirada triste y penetrante.
No son tus labios sabor chocolate,
marco de la sonrisa que me derrite.
No es tu piel olor canela, tan tibia,
suave, dulce, exitante.
No son tus hombros duros en los
que derramo mi llanto.
No son tus brazos fuertes que
sostiene mis penas.
No es tu pecho calido,
donde guardas un amor latiente.
No es nada de tu cuerpo, tan fino,
perfecto, deseable, inalcanzable.
Es lo que siento al mirarte, al roze
de tus labios, cuando lloro en tus hombros,
cuando desacanso en tus brazos,
tengo todo y sólo por amarte.

1 de febrero de 2007

Enero

Naufragando llegaste a mi vida,
nadando entre palabras y
recuerdos encontraste mi alma.

Sólo se lo indispensable,
de tu rostro una fotografía.
Tus ojos pequeñas ventanitas en
las que el sol se posa cada mañana;
tu boca marco de una gran sonrisa,
alegría que se contagia.

Tu voz no la he escuchado,
pero tus palabras me han tocado.
Te imagino sentado frente al
inmenso mar robando de su brisa suspiros,
dibujando en la arena sonrisas
y en el cielo ilusiones.

Mi amigo del mar,
viajero audaz que en puerto
cautiva con sus pensar;
ladron se suspiros al hablar...
mi amigo del mar.

Sombras

El día me parece entrañable Entrañable es el recuerdo a tu lado. A tu lado he sonreído un sin fin de veces Veces que llevo grabadas en la...