Diciembre

Hundo mis dedos en tu cabello negros con destellos de luna.
comienzo un largo camino en tu frente,
llegando a la fuente de minúsculos besos salados,
espejillos en los que se pierde mi reflejo.

Tu nariz precipicio al sublime deleite de tus labios
portal al placer del infierno.
Descanso en el oasis mientras saboreo suculentos besos,
sigo delante llegando al insaciable cuello,
detonador de ansiedad, cataratara de desbordada pasion.

Recorro la selva de tu pecho,
oliendo tu piel única en mi tacto,
lento y sigiloso avanzar,
delante precaución con el placer, néctar de los dioses,
encontrado desafiando el destino,
largo el peregrinar de los pecadores.

Bebo de tu ombligo,
debajo de tu vientre he encontrado el paraíso,
para perderme en el infierno.
Jugar con ese niño tuyo que me pertenece,
aferrado ha atrapar mariposas cuando le pertenecen.

Mis rodillas custodiando tus piernas,
mientras nuestros pies juegan
atrapados antes de ceder.

Mis manos apoyadas en tus hombros,
tu único horizonte mi pecho,
endulzado con tus besos.

La mariposa vuela húmeda
por la lluvia de un niño.
Del oasis de tus labios he de beber,
para recostarme a tu lado y
en tus párpados ver la noche caer.